Ahorrar a largo plazo puede llegar a considerarse difícil, aún más si no se conoce como empezar. En esta guía hay algunos consejos que servirán para cumplir esta meta.
- Programar las finanzas
El primer pazo es establecer el tiempo en el que se quiere alcanzar el ahorro, realizando una planeación financiera.
Dentro del plan se deben establecer metas medibles y alcanzables en el tiempo, es decir, incluir lo que se quiere lograr, en cuánto tiempo y cómo mediremos que la meta está siendo alcanzada.
2. Registrar los gastos
Hacer un seguimiento de los gastos, ayudará a reconocer cuáles son necesario y cuáles pueden empezar a ser recortados.
De esta forma, se puede comenzar a hacer un registro con lo más importante y comenzar con los primeros pasos de un presupuesto.
3. Hacer un presupuesto para ahorros
Luego de tener una idea de cuánto gasta al mes, se puede comenzar a organizar los gastos registrados y establecer un presupuesto con el que se pueda vivir.
4. Recorta tus gastos
Identifica categorías que no sean esenciales en las que puedas gastar menos, como entretenimiento y comer fuera, no significa privarte de estas actividades, sino, realizarlas con menos frecuencia.
Estas son algunas ideas para recortar los gastos cotidianos:
- Usa recursos que te ayuden a esta tarea, tales como los listados de eventos comunitarios para encontrar eventos gratuitos o de bajo costo para reducir los gastos de entretenimiento
- Cancela las suscripciones y membresías que no uses, especialmente las que se renuevan automáticamente como Spotify, Netflix, Disney+, o cualquier otra que esté en desuso.
- Reduce las comidas afuera, una o dos veces al mes en lugares de categoría económica.
5. Establece metas de ahorro
Piensa en qué podrías ahorrar, casarte, vacaciones o ahorros para jubilación; al tenerlo establecido, decide cuánto dinero necesitarás y cuánto tiempo te puede tomar ahorrarlo.
6. Elige las herramientas adecuadas para ahorrar
- Cuentas de ahorros
- Valores, tales como acciones o fondos mutuales.
- Cuentas de jubilación
7. Invierte
Invierte únicamente en aquellos negocios que entiendas y en los que tengas las cuentas claras. Considera la posibilidad de tener una inversión que te rente cuando ya seas mayor, como el arriendo de bienes inmuebles, por ejemplo.
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