En el 2011 sufrí un divorcio que me puso de rodillas. Lo admito: jamás experimenté un dolor similar. No creo haber atravesado una depresión tan impactante o una ansiedad tan peligrosa. Un día, debido a esa ansiedad, me percaté que no había dormido por exactamente 27 horas. No podía conciliar el sueño a pesar que me estaba auto recetando – generosamente – pastillas para dormir desde hacía semanas. No me hacían efecto. Los estragos que estaba sufriendo no eran sólo el producto del efecto emocional, la tristeza y confusión por la que estaba atravesando, sino también por el impacto económico.
Después de gozar con dos ingresos en casa, me vi forzada, a contar sólo con el mío. El recorte fue drástico. De pronto, tuve que contabilizar que los recibos de la luz, el agua, la gasolina de mi carro, la comida y lo más importante, mi hija y la hipoteca de la casa, corrían sólo por mi cuenta. Sabía que mi sueldo, que es lo que tenía en ese entonces, no me alcanzaría y eso había aumentado mi estrés. El pensar que podía perder mi casa me aterrorizaba a toda hora.
Mi ex se había apropiado de aproximadamente $5,000. de la cuenta mancomunada que teníamos y había hecho transferencias ilícitas desde hacía meses sin yo haberme percatado. Tenía mis ahorros, pero me daba pavor quedarme sin reservas.
La necesidad, la urgencia de buscar más ingresos y sacar adelante a mi hija de 13 años en ese momento, me hizo que buscar alternativas que de otra manera, no hubiese encontrado. Comencé a leer y a leer que podía hacer para ganar más dinero. Todos los caminos me llevaron a la tecnología. Tomé cursos en línea sobre diferentes temas. Obtuve certificaciones en varias áreas. Comencé a escribir un blog sobre temas tecnológicos y de finanzas personales. Empecé a aparecer en CNN en segmentos donde actualizaba a la audiencia sobre tecnología. Pronto, la compañía para la que trabajaba me hizo socia debido a una propuesta que presenté y al mismo tiempo, decidí regresar a la universidad, UCLA, para estudiar una maestría por la cual no pagué ya que estuve becada por mis calificaciones. En cuestión de 6 meses tracé un plan para salir adelante y lo logré. Cuando la compañía me hizo socia, incrementé no sólo mi salario, sino que logré acciones. En el camino, seguí abriendo más negocios. Se escucha fácil, pero no lo fue.
Tus finanzas personales son importantes y debes de aprender a controlar el dinero para que éste no te controle a tí. Muchas veces tocarás fondo, pero no significa no podrás salir de ese hoyo. Te sentirás sólo y devastado, pero no será el fin. Levántate y crea un mejor mañana. Si yo pude hacerlo, tú también puedes.

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