La educación del futuro parece ir cambiando el panorama cada vez más, empezamos con cambios tecnológicos pequeños hasta llegar a realidades virtuales.
El año de la cuarentena obligó tanto a maestros como alumnos iniciar una de las primeras modalidades de la educación del futuro.
Hasta ahora el ‘e-learning’ apenas suponía el hecho de dar clase por videoconferencia, pero la consolidación de esta tendencia ha hecho que muchos más centros apuesten por la formación ‘online’ y dediquen cada vez más recursos a su perfeccionamiento.
¿Qué le espera a la educación del futuro?
Una de las claves principales es la realidad virtual, por ejemplo, es más atractivo para los estudiantes estudiar sobre la tercera guerra mundial con lentes de realidad virtual que le ayuden a vivir mejor la experiencia, a leer un folleto de más de 200 páginas que no terminará.
La idea no es excluir una de la otra, sino que complementarlas, por lo que, al hacerlo, se pueda comprender mejor el tema y agilice la enseñanza.
El uso de realidad virtual, aumentada y extendida en las aulas puede parecer demasiado futurista, pero lo cierto es que es algo palpable: en 2016, el 14% de la realidad virtual empleada en España ya estaba presente en el sector educativo.
¿Otras opciones?
El aprendizaje adaptativo por medio de algoritmos podría ayudar a dar seguimiento a los alumnos.
Gracias a tecnologías como el ‘machine learning’, los algoritmos pueden ir evaluando los conocimientos de cada alumno según las tareas que hace.
En función de cada respuesta y velocidad de aprendizaje, dichos algoritmos mostrarán tareas distintas y enfocadas de diversas maneras para adaptarse a la forma de aprender de cada alumno.
Con esto, podemos darnos cuenta que la tecnología se está convirtiendo en un arma importante para la educación, haciendo que los niños conecten más con el aprendizaje y puedan crear sus propios conocimientos.
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