Siguiendo el ejemplo de la Bitcoin Beach en El Salvador, Ecuador se ha aventurado a realizar su propio proyecto de la mano del empresario Mauricio Rubio.
Hace al menos seis meses, el Bitcoiner comenzó
un proyecto de educación y organización comunitaria con bitcoin en una zona rural ubicada en las faldas del volcán Antisana en la localidad de Valencia, a más de hora y media de Quito, la capital del país suramericano.
Son apenas 40 familias las que pertenecen a Píntag Amaru, que Rubio describe como «una comunidad campesina, agroecológica» donde «todo lo que siembran lo siembran sin ningún tipo de químicos, tratan de defender la autosustentabilidad, la reforestación y viven a 3 mil metros de altura».
Incluso desde antes de la irrupción de bitcoin en sus vidas, estas familias ya estaban organizadas en comunidad, con trabajos y proyectos comunitarios en favor del bienestar de todos, incluyendo un fondo de ahorro, que ahora está en BTC.
“Fui a la comunidad, y es una comunidad organizada y ellos tienen un ahorro. Entonces, yo les propuse que este ahorro lo hagamos en bitcoin. Me sorprendió la apertura inmediata de la comunidad y arrancamos con el primer monedero de ellos y empezamos a ahorrar en bitcoin. Esto fue cuando BTC estaba en 30.000 dólares” explicó Rubio.
Rubio entró al Bitcoin de mala manera en 2016, sin embargo, eso no lo desmotivo a seguir aprendiendo. Fue a través de los medios que e enteró de Bitcoin Beach, un proyecto comunitario en la zona playera de El Zonte, El Salvador.
Se interesó en lo que estaba ocurriendo en ese lugar, e incluso antes de que el país centroamericano adoptara a bitcoin como moneda de curso legal, fue a conocer de primera mano la experiencia de El Zonte. La misma que, tal como reconoció el presidente Nayib Bukele, sirvió de inspiración para la creación de la Ley Bitcoin.
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